Las enfermedades respiratorias crónicas (ERC) son enfermedades crónicas que comprometen al pulmón y/o a las vías respiratorias.
La bronquitis es la
inflamación de las membranas de los bronquios. Es una enfermedad respiratoria
causada por un virus en particular, bacterias, u otros agentes patógenos. La
bronquitis puede ser aguda y crónica. Sólo un médico puede diferenciar entre los
dos tipos de bronquitis, a pesar de que ambas presentan síntomas similares.
Una visión
general de la bronquitis bacteriana
Esta condición es causada
debido a la inflamación de los bronquios en el sistema respiratorio provocada
por bacterias. Es más rara que la bronquitis viral. La bronquitis aguda es
causada principalmente debido a los virus. Sólo en casos raros la bronquitis
aguda es provocada por bacterias. Una de las diferencias principales entre la
infección viral y bacteriana es que la bronquitis viral es muy contagiosa,
mientras que la infección bacteriana no lo es. Como uno no puede diferenciar
entre estos dos tipos de bronquitis fácilmente, se recomienda que se mantenga
alejado de la persona que sufre de cualquier tipo de bronquitis. La bronquitis
es altamente contagiosa durante la primera semana, cuando los síntomas son
visibles. Las bacterias como Mycoplasma pneumoniae, Streptococcus, Bordetella
pertussis y Chlamydophila pneumoniae causan la bronquitis en los seres humanos.
La causa más importante de cualquier enfermedad respiratoria es la falta de
inmunidad en el organismo. Por otro lado, si el resfriado común o influenza
(gripe) se dejan sin tratar, pueden dar lugar a bronquitis crónica. La
constante exposición a la contaminación atmosférica, el humo industrial, el
humo del cigarrillo, etc., también pueden causar bronquitis bacteriana en las
personas. Por otro lado, si una persona tiene constantemente los ataques de
alergia, es más susceptible a la bronquitis.
Síntomas
Los síntomas de esta afección varían de persona a persona. La mayoría de los síntomas son similares a los de otras enfermedades causadas por infecciones bacterianas. Los síntomas se pueden observar por semana. Ellos incluyen:
Los síntomas de esta afección varían de persona a persona. La mayoría de los síntomas son similares a los de otras enfermedades causadas por infecciones bacterianas. Los síntomas se pueden observar por semana. Ellos incluyen:
- Fiebre leve
- Dolor de garganta
- Nariz mucosa
- Tos con flema amarillenta
- Ronquera
- Dolor de espalda
- Escalofríos
- Cansancio
Tratamiento
Como se mencionó anteriormente, los síntomas de la bronquitis bacteriana son similares a muchas otras condiciones médicas, y por lo tanto el diagnóstico de esta enfermedad se vuelve muy difícil. Si se da cuenta de los síntomas que se presentan durante más de dos días, debe consultar a un médico inmediatamente. La radiografía de tórax, análisis de sangre, cultivo nasal, etc., será muy útil en el diagnóstico de la enfermedad. Los antibióticos han demostrado ser útiles para el tratamiento de la bronquitis bacteriana. El médico también le puede recetar otros medicamentos para aliviar la tos, la fiebre y otros síntomas de la bronquitis. Es muy necesario seguir tomando los medicamentos con regularidad, según lo prescrito por el médico. Si la bronquitis se deja sin tratamiento, puede transformarse en bronquitis crónica. Con el fin de reducir las molestias causadas por esta afección, usted debe tratar de evitar la exposición al aire frío y seco. Usted debe tratar de encontrarse en lugares que tengan una humedad adecuada. Incluso, puede hacer uso de vaporizadores y otros productos que ayudan a respirar libremente. Los baños calientes son también muy útiles en el tratamiento de la bronquitis. También se recomienda mantener el cuerpo bien hidratado bebiendo cantidades adecuadas de agua.
Como se mencionó anteriormente, los síntomas de la bronquitis bacteriana son similares a muchas otras condiciones médicas, y por lo tanto el diagnóstico de esta enfermedad se vuelve muy difícil. Si se da cuenta de los síntomas que se presentan durante más de dos días, debe consultar a un médico inmediatamente. La radiografía de tórax, análisis de sangre, cultivo nasal, etc., será muy útil en el diagnóstico de la enfermedad. Los antibióticos han demostrado ser útiles para el tratamiento de la bronquitis bacteriana. El médico también le puede recetar otros medicamentos para aliviar la tos, la fiebre y otros síntomas de la bronquitis. Es muy necesario seguir tomando los medicamentos con regularidad, según lo prescrito por el médico. Si la bronquitis se deja sin tratamiento, puede transformarse en bronquitis crónica. Con el fin de reducir las molestias causadas por esta afección, usted debe tratar de evitar la exposición al aire frío y seco. Usted debe tratar de encontrarse en lugares que tengan una humedad adecuada. Incluso, puede hacer uso de vaporizadores y otros productos que ayudan a respirar libremente. Los baños calientes son también muy útiles en el tratamiento de la bronquitis. También se recomienda mantener el cuerpo bien hidratado bebiendo cantidades adecuadas de agua.
La enfermedad puede prevenirse si se siguen
ciertas precauciones. Usted debe permanecer lejos de los alérgenos que conducen
a los ataques alérgicos. No debe ignorar los resfriados y otras infecciones
bacterianas y tratarlas tan pronto como sea posible. Por otro lado, también
debe tratar de salvarse de la contaminación y el humo del cigarrillo. Por
último, no ignorar cualquiera de los síntomas de enfermedades respiratorias, ya
que pueden ser síntomas de enfermedades graves.
Tuberculosis pulmonar
Es una infección bacteriana
contagiosa que compromete los pulmones y que se puede propagarse a otros
órganos.
Causas
La tuberculosis (TB) pulmonar
es causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis (M.
tuberculosis). La tuberculosis es contagiosa. Esto quiere decir que la
bacteria puede propagarse fácilmente de una persona infectada a otra no
infectada. Se puede adquirir por la inhalación de gotitas de agua provenientes
de la tos o el estornudo de una persona infectada. La infección pulmonar
resultante se denomina tuberculosis primaria.
La mayoría de las personas se
recupera de la infección de tuberculosis primaria sin manifestación mayor de la
enfermedad. La infección puede permanecer inactiva (latente) por años. En
algunas personas, se activa de nuevo (reactivación).
La mayoría de las personas que
presentan síntomas de una infección de tuberculosis resultaron primero infectadas
en el pasado. En algunos casos, la enfermedad puede reactivarse en cuestión de
semanas después de la infección primaria.
Las siguientes personas están
en mayor riesgo de tuberculosis activa o reactivación de tuberculosis:
- Los ancianos.
- Los bebés.
- Las personas con sistemas inmunitarios debilitados, por ejemplo, debido a VIH/SIDA, quimioterapia, diabetes o medicamentos que debilitan el sistema inmunitario.
El riesgo de contraer
tuberculosis aumenta si usted:
- Está entorno a personas que padecen tuberculosis (como durante a un viaje al extranjero).
- Vive en condiciones de vida insalubres o de hacinamiento.
- Padece desnutrición.
Los siguientes
factores pueden incrementar la tasa de infección tuberculosa en una población:
- Aumento de las infecciones por VIH
- Aumento del número de personas sin hogar (ambiente de pobreza y desnutrición)
- Cepas de tuberculosis resistentes a los medicamentos .
Síntomas
La fase primaria
de la tuberculosis no causa síntomas. Cuando los síntomas de tuberculosis
pulmonar se presentan, pueden incluir:
- Dificultad respiratoria
- Dolor en el pecho
- Tos (algunas veces con expectoración de moco)
- Expectoración con sangre
- Sudoración excesiva, especialmente en la noche
- Fatiga
- Fiebre
- Pérdida de peso
Tratamiento
El objetivo del
tratamiento es curar la infección con fármacos que combatan las bacterias de la
tuberculosis. La tuberculosis pulmonar activa se trata con una combinación de
medicinas (por lo regular cuatro). La persona toma las medicinas hasta que los
resultados de los exámenes de laboratorio muestran cuál es la medicina que
funciona mejor.
Usted
posiblemente necesite tomar muchas píldoras diferentes en momentos diferentes
del día durante 6 meses o más. Es muy importante que usted tome las píldoras de
acuerdo con las instrucciones de su proveedor de atención médica.
Cuando las
personas no toman sus medicamentos para la tuberculosis de manera adecuada, la
infección puede volverse mucho más difícil de tratar. Las bacterias de la
tuberculosis pueden volverse resistentes al tratamiento, lo cual significa que
los fármacos ya no hacen efecto.
Si una persona
no está tomando los medicamentos de acuerdo con las instrucciones, es probable
que el proveedor de atención médica tenga que vigilarlo para que tome los
medicamentos recetados. Este método se denomina terapia con observación
directa. En este caso, los fármacos se pueden administrar 2 o 3 veces por
semana.
Usted
posiblemente necesite quedarse en la casa o que lo hospitalicen durante 2 a 4
semanas para evitar la propagación de la enfermedad a otros hasta que ya no sea
contagioso.
El proveedor de
atención médica está obligado legalmente a notificar su enfermedad de
tuberculosis a la Secretaría de Salud local. El equipo de asistencia sanitaria
se asegurará de que usted reciba la mejor atención.
Prevención
La tuberculosis
es una enfermedad que se puede prevenir, incluso en aquellos que han estado
expuestos a una persona infectada. La prueba cutánea para la tuberculosis se
emplea en las poblaciones de alto riesgo o en personas que pueden haber estado
expuestas a esta enfermedad, como los trabajadores de la salud.
A las personas
que han estado expuestas a la tuberculosis se les deben hacer pruebas cutáneas
tan pronto como sea posible y un examen de control en una fecha posterior si la
primera prueba es negativa.
Una prueba
cutánea positiva significa que usted ha estado en contacto con la bacteria de
la TB. No significa que usted tenga la enfermedad activa o que sea contagioso.
Hable con su proveedor de atención médica respecto a cómo evitar contraer esta
enfermedad.
El tratamiento
oportuno es muy importante para controlar la propagación de la tuberculosis
desde aquellos que tengan la enfermedad de tuberculosis activa hacia aquellos
que nunca han estado infectados con esta enfermedad.
Algunos países
con una alta incidencia de TB les aplican a las personas una vacuna llamada BCG
para prevenir la tuberculosis. Sin embargo, la efectividad de esta vacuna es
limitada y no se usa de normalmente en los Estados Unidos.
A las personas
que hayan recibido la vacuna antituberculosa (BCG) aun se les pueden hacer
pruebas cutáneas para la tuberculosis. Analice los resultados del examen (si es
positivo) con su médico.
Rinitis Infecciosa
También denominada coriza o resfriado
común es una infección aguda, generalmente afebril, que afecta principalmente a
nariz y garganta aunque a menudo puede extenderse a laringe, tráquea y
bronquios. Los causantes suelen ser en la gran mayoría, virus filtrables (rino
y adenovirus, influenza y parainfluenza, sincitial respiratorio y ciertos ECHO
y Coxsackie). Si bien las bacterias no suelen ser causantes, sí a menudo alguna
de las patógenas que habitan normalmente en la nasofaringe, puede actuar como
invasor secundario y dar lugar a complicaciones como otitis media y sinusitis.
Manifestaciones
Clínicas
El comienzo es típicamente abrupto,
tras un período de incubación de 18 - 48 horas los síntomas son agudos cesando
espontáneamente al cabo de 5 - 14 días. Suele comenzar con sensación de arañazo
o dolor en la garganta, seguido de estornudos, hidrorrea (que al cabo de unos
días suele transformarse en rinorrea espesa de aspecto purulento), obstrucción
nasal y a veces ronquera y cefalea discreta. La fiebre es incomún, excepto en
los lactantes y niños pequeños. Puede haber una tos seca aunque si ésta se hace
intensa y productiva (mucopurulenta), sugiere una invasión bacteriana o
micoplásmica primaria o secundaria.
En la rinoscopia se objetiva una
mucosa marcadamente eritematosa y frecuentemente con secreciones purulentas.
El hemograma es normal, y la presencia
de una leucocitosis indica una complicación bacteriana (o bien que se trata de
otro proceso). En el frotis nasal se objetiva un aumentado número de
polimorfonucleares y células epiteliales. Si por el contrario sólo se ven
eosinófilos, debe pensarse en una rinitis alérgica o intrínseca. Si existen
ambas (células inflamatorias y eosinofilia) sugiere que se trata de una rinitis
alérgica o intrínseca complicada con la infección.
Diagnóstico
Se hace por la clínica y el examen
físico, ya que para hacer un diagnóstico etiológico específico, sería necesario
pruebas serológicas y aislamiento del virus.
Diagnóstico
Diferencial
Debe hacerse con la rinitis alérgica,
aunque los síntomas de ésta son más persistentes y no suelen cursar con fiebre,
dolor de garganta, rinorrea purulenta, ni mucosas nasales eritematosas. No
obstante ambas pueden imbricarse, ya que los pacientes (sobre todo los niños)
con rinitis alérgica perenne, son muy propensos a desarrollar infecciones
respiratorias altas secundarias. La alergia a pólenes de invierno como el
de las cupresáceas puede confundirse con el coriza, aunque este último
sólo dura 7-14 días y no se acompaña de intenso prurito ocualar, especialemte
los días soleados.Trastornos como el sarampión, difteria, faringoamigdalitis
aguda, meningitis bacteriana y tos ferina pueden en su comienzo confundirse con
la coriza. También puede asemejarse a la influenza aunque los síntomas de esta
última suelen ser más graves.
Tratamiento
Es sintomático. El reposo en cama,
lavados naso sinusales con solucion salina, hipertermia nasal, vahos, y
humidificación ambiental suelen ser de ayuda. Si existe fiebre debe
prescribirse aumento de la ingestión de líquidos y aspirina o ibuprofeno o
paracetamol. Un descongestivo nasal (por ejem. Otrivin) antes de acostasre
mejora la respiracion nasal y por tanto el descanso nocturno (pero no debe
aplicarse más de 5 días seguidos). No
está indicado el uso de antibióticos, ni siquiera cuando
la mucosidad es amarilla, esto es común a partir del 3-4,
día, reservándose sólo para las complicaciones bacterianas (otitis
bacteriana, sinusitis bacteriana, bronquitis bacteriana). Si la
hidrorrea es un problema, puede mejorarse con la aplicación de Bromuro de
Ipratropio nasal (atrovent) que puede repetirse 3-4 veces al día.
La
gripe y el resfriado atacan a las vías respiratorias, pero son causadas por
diferentes virus y si bien tienen síntomas similares, los de la gripe son
siempre más severos y pueden resultar en
complicaciones.
Para empezar, es
importante aclarar que tanto la gripe como el resfriado son infecciones del
sistema respiratorio causadas por virus. La diferencia entre estas dos
enfermedades radica precisamente ahí: a la gripe la causan ciertos tipos de
virus, específicamente los virus de la influenza (hay varios tipos, conocidos
como virus ARN-de ácido ribonucleico-), mientras que el resfriado común tiene
su origen en más de 200 tipos de virus.
Como ves, el resfriado es mucho más leve que la gripe. Es común que
puedas confundir los síntomas, así que si tienes dudas, es bueno que vayas al doctor
para que te las despeje. El tratamiento para la gripe y el resfriado también
varía:
Para la gripe (influenza): por lo general se recomiendan
descongestionantes, medicamentos para el dolor, medicamentos anti-virales
recetados por el médico, remedios para reducir la fiebre. Dependiendo de la
severidad, el médico puede recetarte otros medicamentos y en algunos casos se
requiere hospitalización.
Para el resfriado: descongestionantes, medicamentos para el dolor y si
se da el caso, para reducir la fiebre.
LA NEUMONÍA
Es una infección del pulmón caracterizada por la multiplicación de microorganismos en el interior de los alvéolos, lo que provoca una inflamación con daño pulmonar. La reacción inflamatoria produce una ocupación de los alvéolos que puede visualizarse en una radiografía de tórax.
CAUSAS
Las neumonías se desarrollan cuando un germen infeccioso invade el tejido pulmonar. Estos gérmenes pueden llegar al pulmón por tres vías distintas: por aspiración desde la nariz o la faringe, por inhalación o por vía sanguínea.
La neumonía es causada por bacterias y por virus u otros microorganismos, como hongos o parásitos. La bacteria más frecuente que causa la neumonía es el neumococo (Streptococcus pneumoniae) y, entre los virus, el más frecuente es el de la gripe, otras bacterias que intervienen con frecuencia causando la neumonía son la legionella y el mycoplasma.
DESARRROLLO DE LA ENFERMEDAD
Las vías respiratorias tienen mecanismos de defensa que evitan que lleguen bacterias al pulmón, como son la tos, la presencia de células con cilios y células y sustancias especialmente diseñadas para la inmunidad: los linfocitos, neutrófilos, macrófagos y anticuerpos. Estas defensas pueden debilitarse por determinadas circunstancias y facilitar así que los gérmenes alcancen el pulmón y produzcan infecciones.
Algunos procesos que producen estas alteraciones de los mecanismos de defensa son el consumo de tabaco, las enfermedades pulmonares crónicas, el alcoholismo, la desnutrición, la diabetes los problemas crónicos renales o hepáticos, las alteraciones de nivel de consciencia y otras deficiencias de la inmunidad.
Finalmente, algunos gérmenes pueden provenir de otra región del organismo y alcanzar el pulmón a través de la circulación sanguínea.
SÍNTOMAS
Los síntomas de las neumonías son variables. Además, esta variabilidad no siempre tiene relación con el tipo de germen que causa la neumonía.
Algunos casos debutan como una neumonía típica, que consiste en la aparición en varias horas o entre 2 y 3 días de tos con expectoración purulenta o herrumbrosa, en ocasiones con sangre, con dolor torácico y fiebre con escalofríos.
Otras neumonías, llamadas atípicas, tienen síntomas más graduales de consisten en décimas de fiebre, malestar general, dolores musculares y articulares, cansancio y dolor de cabeza. La tos es seca, sin expectoración, y el dolor torácico es menos intenso.
La mayoría de las neumonías tienen características de ambos grupos. Si la neumonía es extensa o hay enfermedad pulmonar o cardiaca previa puede que el paciente tenga también dificultad respiratoria. Además, si los gérmenes pasan a la circulación sanguínea producen una bacteriemia que puede conducir a un shock séptico, con riesgo para la vida.
PREVENCIÓN
Hay pocas medidas para evitar la aparición de una neumonía. En raras ocasiones se adquiere por un contagio de otra persona y las más frecuentes se originan por gérmenes que habitan en nuestras vías respiratorias. Puesto que muchas de las neumonías comienzan tras un proceso viral o gripal, la vacunación anual antigripal es recomendable en las personas que pertenecen a grupos de riesgo. Asimismo, la vacuna antineumocócica evita la aparición de neumonías con bacteriemia causadas por neumococo.
Las personas que padecen asma, bronquitis crónica o bronquiectasias, deben iniciar tratamiento antibiótico precoz cuando aparecen síntomas de infección respiratoria. Sin embargo, esto no justifica la utilización de antibióticos de manera indiscriminada porque la mayoría de las infecciones respiratorias de vías altas son causadas por virus que no precisan, ni mejoran con tratamiento antibiótico.
Otras recomendaciones que pueden ayudar a prevenir la aparición de una neumonía son la abstención de fumar, reducir el consumo de alcohol y mejorar los hábitos higiénicos de limpieza oral y dental.
LA NEUMONÍA
Es una infección del pulmón caracterizada por la multiplicación de microorganismos en el interior de los alvéolos, lo que provoca una inflamación con daño pulmonar. La reacción inflamatoria produce una ocupación de los alvéolos que puede visualizarse en una radiografía de tórax.
CAUSAS
Las neumonías se desarrollan cuando un germen infeccioso invade el tejido pulmonar. Estos gérmenes pueden llegar al pulmón por tres vías distintas: por aspiración desde la nariz o la faringe, por inhalación o por vía sanguínea.
La neumonía es causada por bacterias y por virus u otros microorganismos, como hongos o parásitos. La bacteria más frecuente que causa la neumonía es el neumococo (Streptococcus pneumoniae) y, entre los virus, el más frecuente es el de la gripe, otras bacterias que intervienen con frecuencia causando la neumonía son la legionella y el mycoplasma.
DESARRROLLO DE LA ENFERMEDAD
Las vías respiratorias tienen mecanismos de defensa que evitan que lleguen bacterias al pulmón, como son la tos, la presencia de células con cilios y células y sustancias especialmente diseñadas para la inmunidad: los linfocitos, neutrófilos, macrófagos y anticuerpos. Estas defensas pueden debilitarse por determinadas circunstancias y facilitar así que los gérmenes alcancen el pulmón y produzcan infecciones.
Algunos procesos que producen estas alteraciones de los mecanismos de defensa son el consumo de tabaco, las enfermedades pulmonares crónicas, el alcoholismo, la desnutrición, la diabetes los problemas crónicos renales o hepáticos, las alteraciones de nivel de consciencia y otras deficiencias de la inmunidad.
Finalmente, algunos gérmenes pueden provenir de otra región del organismo y alcanzar el pulmón a través de la circulación sanguínea.
SÍNTOMAS
Los síntomas de las neumonías son variables. Además, esta variabilidad no siempre tiene relación con el tipo de germen que causa la neumonía.
Algunos casos debutan como una neumonía típica, que consiste en la aparición en varias horas o entre 2 y 3 días de tos con expectoración purulenta o herrumbrosa, en ocasiones con sangre, con dolor torácico y fiebre con escalofríos.
Otras neumonías, llamadas atípicas, tienen síntomas más graduales de consisten en décimas de fiebre, malestar general, dolores musculares y articulares, cansancio y dolor de cabeza. La tos es seca, sin expectoración, y el dolor torácico es menos intenso.
La mayoría de las neumonías tienen características de ambos grupos. Si la neumonía es extensa o hay enfermedad pulmonar o cardiaca previa puede que el paciente tenga también dificultad respiratoria. Además, si los gérmenes pasan a la circulación sanguínea producen una bacteriemia que puede conducir a un shock séptico, con riesgo para la vida.
PREVENCIÓN
Hay pocas medidas para evitar la aparición de una neumonía. En raras ocasiones se adquiere por un contagio de otra persona y las más frecuentes se originan por gérmenes que habitan en nuestras vías respiratorias. Puesto que muchas de las neumonías comienzan tras un proceso viral o gripal, la vacunación anual antigripal es recomendable en las personas que pertenecen a grupos de riesgo. Asimismo, la vacuna antineumocócica evita la aparición de neumonías con bacteriemia causadas por neumococo.
Las personas que padecen asma, bronquitis crónica o bronquiectasias, deben iniciar tratamiento antibiótico precoz cuando aparecen síntomas de infección respiratoria. Sin embargo, esto no justifica la utilización de antibióticos de manera indiscriminada porque la mayoría de las infecciones respiratorias de vías altas son causadas por virus que no precisan, ni mejoran con tratamiento antibiótico.
Otras recomendaciones que pueden ayudar a prevenir la aparición de una neumonía son la abstención de fumar, reducir el consumo de alcohol y mejorar los hábitos higiénicos de limpieza oral y dental.
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