CICLO DEL AGUA




El ciclo del agua es otro de los ciclos biogeoquímicos importantes que suceden en nuestro planeta y que consiste en la circulación del agua entre los diferentes compartimentos de la hidrósfera: océanos, ríos, mares, lagos, entre otros. En tanto, como sucede con este tipo de ciclos se produce la intervención de reacciones químicas y entonces el agua se traslada de un lugar a otro, o en su defecto se modifica su estado físico.




En la tierra nos encontramos al agua en tres estados diversos: sólido (nieve y hielo), líquido y gaseoso (vapor de agua).
Mientras tanto todas las aguas presentes en la tierra se encuentran en cambio constante, por ejemplo, el agua que se haya en la superficie se evapora, la que está en las nubes se precipita a la tierra, la lluvia también se filtra en la tierra, aunque, es importante destacar que el agua total que hay en el planeta no se modifica, o sea, se mantiene a pesar de las modificaciones indicadas. Entonces, a la circulación y conservación de esa agua se la llama ciclo del agua o ciclo hidrológico.
La importancia del ciclo del agua radica en la interacción que tiene con el ecosistema y asimismo los seres vivos dependen de la misma para poder subsistir. Vale mencionarse que el ciclo del agua también necesita para su correcto funcionamiento de los seres vivientes.

Las fases del ciclo del agua
Se puede decir que el ciclo del agua consta de un total de 6 fases, las cuales veremos a continuación:
  • Evaporación: el agua que se encuentra en la superficie (océanos, ríos, capa superior del suelo, plantas, etc.) se evapora. Al transformarse en vapor, su peso disminuye y logra subir hasta la atmósfera. Esta parte del proceso prácticamente no puede ser vista.
  • Condensación: el agua (vapor) que sube hasta la atmósfera se condensa, formando así las nubes, las cuales están formadas por cientos de miles de gotas.
  • Precipitación: las gotas se condensan y se unen para formar gotas mayores, las cuales caen hacia la superficie. Generalmente caen en forma de lluvia, aunque también puede caer nieve o granizo.
  • Infiltración: el agua que cae llega hasta el suelo y penetra en él a través de sus poros, pasando a ser subterránea. Una parte del agua caída es utilizada directamente por las plantas o a veces por las personas.
  • Escorrentía: el agua se desliza a través de la superficie, pero bajo el suelo. La forma de desplazamiento depende del tipo de suelo.
  • Circulación subterránea: el agua se sigue desplazando bajo la tierra y es absorbida por las raíces de la vegetación o va a parar a distintas masas de aguas como mares o ríos, reiniciando el ciclo.


El Ciclo hidrológico o ciclo del agua es de gran importancia, ya que permite que el agua pase a través de los distintos ecosistemas del planeta Tierra. Durante el ciclo del agua, este elemento pasa por distintas secciones de lo que sería la hidrósfera terrestre. Durante el mismo, diversas reacciones químicas se producen y el agua en sí pasa por distintos estados físicos.
Se puede decir que el ciclo comienza en ríos y mares, donde el agua se evapora y se eleva hasta las nubes. Allí, se produce la lluvia, la cual hace el agua vuelva a la superficie nuevamente. Parte del agua atraviesa montañas hasta regresar a los ríos, mares y arroyos desde donde se evaporó, comenzando así un nuevo ciclo. Una parte de la misma también penetra hacia el suelo terrestre, donde es absorbida por la vegetación o bien termina en una masa de agua mayor.

 ¿Cuál es la importancia de los bosques para el ciclo del agua?
Los bosques filtran y limpian el agua, amortiguan las lluvias fuertes que de otra manera erosionarían los suelos al golpear directamente, y ayudan en mantienen los caudales de los ríos. A su vez, el agua transporta nutrientes disueltos y los distribuye por todo el suelo del bosque.
Los bosques actúan como "esponjas", capaces de recoger y almacenar grandes cantidades del agua de lluvia. Los suelos forestales absorben cuatro veces más agua de lluvia que los suelos cubiertos por pastos, y 18 veces más que el suelo desnudo.
Con sus profundos sistemas de raíces, los árboles son capaces de extraer agua de zonas profundas del suelo. El agua se mueve por el árbol y se usa en la fotosíntesis, en el enfriamiento, y en otros procesos de crecimiento. Se evapora, como vapor de agua, desde las hojas. En este ciclo, los árboles son "fuentes de agua" vivientes que redistribuyen el líquido: la humedad, que se quedaría atrapada en forma subterránea si no fuera por los árboles, es liberada a través de sus hojas hacia el aire, donde luego se condensa formando nubes y cae de nuevo en forma de lluvia.
El bosque evita que la erosión ya que, el agua que cae en el dosel del bosque, luego cae suavemente al suelo con mucho menor fuerza que la lluvia directa.

¿La presencia de bosques mejora la calidad del agua?
La calidad del agua, para cualquier tipo de uso, depende de sus características físicas, químicas y biológicas.
Sin embargo, la cubierta vegetal, y el bosque como estrato superior de un ecosistema forestal, contribuye a que a través de las escorrentías, tanto superficiales como subterráneas, el agua se acerque progresivamente, a la composición del agua destilada (agua que es sometida a un proceso de pureza, eliminando microorganismos, sales minerales y otros agentes extraños a la constitución propia del agua).
La inexistencia de sedimentos en las aguas que drenan las áreas del bosque, dan lugar a una gran calidad de agua en cuanto a materias en suspensión. Por otro lado, hay que considerar la menor temperatura del agua en estos cursos, que propicia un mayor contenido en oxígeno y, por tanto, una mayor capacidad de depuración.
Un curso de agua que fluye por una zona deforestada mantiene una temperatura entre 3 y 7 grados por encima del que corre entre una zona con bosques.
Los árboles controlan además la cantidad de nutrientes que salen del ecosistema arrastrados por las aguas de escorrentía, frenando los procesos de eutrofización.

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