La Luna es el único satélite natural
de la Tierra. Su diámetro es de unos 3.476 km, aproximadamente una cuarta parte
del de la Tierra y la gravedad en la superficie es un sexto de la de la Tierra.
La Luna órbita la Tierra a una
distancia media de 384.403 km y a una velocidad media de 3.700 km/h. Completa
su vuelta alrededor de la Tierra, siguiendo una órbita elíptica, en 27 días, 7
horas, 43 minutos y 11,5 segundos. Para cambiar de una fase a otra similar, o
mes lunar, la Luna necesita 29 días, 12 horas, 44 minutos y 2,8 segundos.
Como tarda en dar una vuelta sobre
su eje el mismo tiempo que en dar una vuelta alrededor de la Tierra, siempre
nos muestra la misma cara. Aunque parece brillante, sólo refleja en el espacio
el 7% de la luz que recibe del Sol.
Las temperaturas en la Luna son extremas, van
desde los 170°C al medio día hasta los 150°C bajo cero en la noche.
La Luna gira alrededor de su eje (rotación) en aproximadamente 27,32 días
(mes sidéreo) y se traslada alrededor de la Tierra (traslación) en el mismo intervalo de tiempo, de ahí que siempre nos
muestra la misma cara. Además, nuestro satélite completa una revolución
relativa al Sol en aproximadamente 29,53 días (mes sinódico), período en el
cual comienzan a repetirse las fases lunares.
FASES DE LA LUNA
FASES DE LA LUNA
La Luna Nueva o novilunio es
cuando la Luna está entre la Tierra y el Sol y por lo tanto no la vemos.
En el Cuarto Creciente, la
Luna, la Tierra y el Sol forman un ángulo recto, por lo que se puede observar
en el cielo la mitad de la Luna, en su período de crecimiento.
La Luna Llena o plenilunio
ocurre cuando La Tierra se ubica entre el Sol y la Luna; ésta recibe los rayos
del sol en su cara visible, por lo tanto, se ve completa.
Finalmente, en el Cuarto
Menguante los tres cuerpos vuelven a formar ángulo recto, por lo que se
puede observar en el cielo la otra mitad de la cara lunar.
Las fases de la luna son las diferentes
iluminaciones que presenta nuestro satélite en el curso de un mes.
La órbita de la tierra forma un ángulo de 5º con la órbita de la luna, de manera que cuando la luna se encuentra entre el sol y la tierra, uno de sus hemisferios, el que nosotros vemos, queda en la zona oscura, y por lo tanto, queda invisible a nuestra vista: a esto le llamamos luna nueva o novilunio.
A medida que la luna sigue su movimiento de traslación, va creciendo la superficie iluminada visible desde la tierra, hasta que una semana más tarde llega a mostrarnos la mitad de su hemisferio iluminado; es el llamado cuarto creciente.
Una semana más tarde percibimos todo el
hemisferio iluminado: es la llamada luna llena o plenilunio.
A la semana siguiente, la
superficie iluminada empieza a decrecer o menguar, hasta llegar a la mitad: es
el cuarto menguante.
Al final de la cuarta semana
llega a su posición inicial y desaparece completamente de nuestra vista, para
recomenzar un nuevo ciclo.
ECLIPSES
Un eclipse es el
oscurecimiento de un cuerpo celeste por otro. Como los cuerpos celestes no
están quietos en el firmamento, a veces la sombra que uno proyecta tapa al
otro, por lo que éste último se ve oscuro.
En el caso de la Tierra, la
Luna y el Sol tenemos dos modalidades: eclipses de Sol, que consisten en el
oscurecimiento del Sol visto desde la Tierra, debido a la sombra que la Luna
proyecta; y eclipses de Luna, que son el oscurecimiento de la Luna vista desde
la Tierra, debido que ésta se sitúa en la zona de sombra que proyecta la Tierra.
Si colocamos una pelota entre
la luz y la pared se observará sobre la pared una sombra circular intensa y
otra mayor, pero más débil. De igual manera, la luna y la tierra proyectan en
el espacio gigantescos conos de sombra producidos por la iluminación del sol.
Cuando la Luna pasa por detrás y se sitúa a la sombra de la Tierra, se
produce un Eclipse Lunar (dibujo, izquierda). Cuando la Luna pasa entre la
Tierra y el Sol, lo tapa y se produce un Eclipse Solar (dibujo, derecha).
Si un astro llega a ocultar totalmente al otro, el eclipse es total, si no,
es parcial.
Por su parte, los eclipses de sol pueden ser de tres tipos:
Totales: Cuando la luna se
interpone entre el sol y la tierra, Y los habitantes no ven la luz solar
durante algunos minutos.
Parciales: Cuando la penumbra
abarca una extensión de tierra y los habitantes que están en ella sólo ven una
porción de sol.
Anulares: Cuando el cono de
sombra de la luna no llega hasta la tierra porque se encuentra demasiado lejos
del planeta para ocultar el disco solar.
El cono de sombra se divide en
dos partes: umbral o sombra total, y penumbra o sombra parcial.
LAS MAREAS
La gravedad del Sol y, sobre todo, de la Luna, atrae el agua de los océanos y provoca las mareas. Las mareas son subidas y bajadas del nivel del mar que se producen varias veces al día.
La Luna atrae el agua que está
más próxima a ella. Así, la parte del océano que está de cara a la Luna se
abomba hacia ella.
Al mismo tiempo, en el lado
opuesto de la Tierra el agua se abomba en sentido contrario. ¿Por qué? Por la
inercia. La Luna atrae a toda la Tierra, no sólo al agua. Lo que pasa es que la
tierra es rígida y no se abomba. La inercia se resiste a la gravedad y tira en
sentido contrario. Por eso el océano del otro lado de la Tierra también se
abomba, aunque menos.
El Sol también atrae el agua de los océanos, pero en menor medida que la Luna. Aunque su gravedad es mayor, al estar más lejos, influye menos. El Sol produce mareas más débiles.
El abombamiento del océano hace que en la costa se vea cómo el mar se retira y vuelve varias veces al día. Las mareas no se producen siempre a la misma hora. Varían con las fases lunares, ya que la Luna aparece en el cielo a distintas horas.
Si observamos un día completo las oscilaciones del mar podemos determinar:
- Que el nivel sube (Creciente) hasta llegar a un máximo llamado Pleamar (PM) o "llena". Luego se mantiene estacionario por cierto periodo de tiempo, llamándose Marea Parada.
- Luego comienza a bajar (Vaciante), hasta un mínimo, llamado Bajamar (BM) o "seca" produciéndose otro periodo estacionario y posteriormente este ciclo se repite.
La altura de las mareas
también varía, y no es la misma en todos los lugares. En las fases creciente y
menguante, las mareas son más pequeñas y se llaman mareas muertas. En cambio,
cuando hay Luna nueva y llena, el Sol, la Luna y la Tierra se alinean y las
mareas son mayores. Se llaman mareas vivas. Las mareas más intensas se producen
en Luna nueva, ya que la gravedad de la Luna y del Sol tiran en la misma
dirección y se suman.
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