El sistema nervioso recoge información sobre el mundo exterior, y
también sobre el estado del propio organismo, analiza y compara esta
información, decide cuál es la respuesta adecuada en cada momento y la ejecuta,
almacena la información para uso futuro, y planea la estrategia a largo plazo.
El sistema nervioso está formado por células, como todo el resto del organismo.
Sin embargo, existe una diferencia: en otros órganos cada célula realiza, en
pequeño, la función del órgano, y la suma de las actividades de todas las
células produce la actividad total del órgano. Por ejemplo cada célula muscular
es capaz de contraerse, y la suma de todas las contracciones de todas las
células es la que produce la contracción del músculo. En cambio, una célula
nerviosa por sí sola no produce pensamiento o conducta, únicamente recibe y
transmite señales eléctricas, y solo por la interconexión y coordinación de
todas las neuronas se produce la actividad del sistema nervioso. Se dice por
eso que la función del sistema nervioso es una propiedad emergente, es decir un
fenómeno que no se podría predecir examinando el funcionamiento de cada uno de
sus componentes por separado.
La función del sistema
nervioso se puede reducir en esencia a la transmisión de señales, mediante la
cual un estímulo produce una respuesta. Por ejemplo, cuando vemos un pastel
apetitoso (el estímulo), los ojos envían señales al cerebro, y este envía señales
a los músculos de las manos para cogerlo y llevárselo a la boca (la respuesta).
En último extremo, todo el comportamiento humano podría reducirse a cadenas,
más o menos complicadas de estímulos y respuestas.
Las células que forman
el sistema nervioso, o neuronas, son células especializadas en recibir y enviar
señales, y tienen múltiples prolongaciones por las que entran y salen estas
señales
Para mayor información hacer clic en el siguiente enlace:
http://es.calameo.com/read/0021409415a023f76afb7
ALZHEIMER
ALZHEIMER
Para entender claramente que es la Enfermedad de Alzheimer (EA)
comenzaremos definiendo demencia.
La demencia es un conjunto de alteraciones de las funciones intelectuales
superiores (memoria, lenguaje, orientación, entre otras) al que se asocian
problemas emocionales y de conducta. La demencia es adquirida y puede ser
causada por muchas enfermedades (infecciones, tumores, otras causas); sin
embargo, entre las personas adultas la causa más frecuente es la Enfermedad de
Alzheimer.
Qué es la
enfermedad de Alzheimer?
La EA es un trastorno neurodegenerativo (se degeneran, mueren las
neuronas en el cerebro), adquirido, progresivo, crónico y que produce deterioro
del funcionamiento de la persona afectada en las áreas personal, laboral,
familiar, social.
La EA es la demencia más frecuente y puede durar entre 3 y 20 años a lo
largo de los cuales la persona afectada se va deteriorando y también se afectan
el cuidador y la familia. Antiguamente a la EA se le conocía como “demencia
senil” “ateroesclerosis” “falta de lucidez”.
Su presentación es más frecuente a partir de los 65 años, después de los cuales la prevalencia aumenta; así el 30% de las personas de 80 años y mayores desarrollan la EA, es decir 1 de cada 3 personas. Aún cuando la EA se desarrolla con mayor frecuencia en la adultez mayor, existe el Alzheimer de inicio temprano, donde la presentación se da entre los 30 y 50 años de edad y usualmente se asocia a la presencia de antecedentes familiares.
Su presentación es más frecuente a partir de los 65 años, después de los cuales la prevalencia aumenta; así el 30% de las personas de 80 años y mayores desarrollan la EA, es decir 1 de cada 3 personas. Aún cuando la EA se desarrolla con mayor frecuencia en la adultez mayor, existe el Alzheimer de inicio temprano, donde la presentación se da entre los 30 y 50 años de edad y usualmente se asocia a la presencia de antecedentes familiares.
Para proteger al cerebro de esta patología o bien
para retrasar su aparición se recomienda:
- Cuidar el corazón: preservar los factores de riesgo vascular como
así también el colesterol, la glucemia, la hipertensión y no fumar. Los
controles periódicos son de suma importancia.
- Hacer actividad física: caminata, yoga, pilates.
- Realizar actividades que desafíen al cerebro y lo saquen de una
zona de comfort: estudiar cosas nuevas, aprender idiomas, aprender
jardinería, leer más, ir más al cine, etc.
- Mantener una actividad social y recreativa activa: esto aleja de la
depresión y siempre la vida social enriquece a las personas.
- Tener una buena alimentación: verduras, frutas, carnes blancas,
legumbres, es decir, todos los componentes de la dieta mediterránea.
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